LA PRIMERA REVISION OFTALMOLOGICA: ¿CUANDO?
Esta es una pregunta que se nos repite con frecuencia en las
consultas de oftalmología pediátrica y no exenta de poca confusión. Normalmente
se asume equivocadamente que la primera revisión hay que hacerla cuando el niño
tenga 3 o 4 años, es decir cuando ya sepa los números o las letras y preste la
suficiente colaboración en la consulta del médico para que el registro de la
visión sea fácil de realizar.
Esto es un error importante fruto de la inexperiencia o de no disponer
de los métodos adecuados para una correcta exploración. Así si hubiese que
esperar hasta esa edad por la necesidad de que el niño pueda colaborar en la
exploración: ¿cómo haremos ésta si el paciente padece una parálisis cerebral,
un síndrome de Down profundo o sencillamente es sordomudo y aún no conoce el
lenguaje de signos?, en estos casos no hay colaboración, pero sí puede
valorarse su estado visual.
Además si dependemos de dicha edad para que el paciente nos
ofrezca una información subjetiva, eso implicaría que para conocer la visión de
un niño nos estamos basando en sus respuestas, no olvidemos….. a la edad de 3-4
años. Si éste fuera el criterio para dar una gafa o no darla, tendríamos muy
poca exactitud.
Otras veces la explicación que se aduce es pensar que debe tener
una cierta edad para poder colocarse en esos aparatos automáticos que nos dicen
la graduación, pero entones, ¿cómo se graduaba cuando no existían dichos
aparatos?. Realmente los refractómetros automáticos solo intentan emular la graduación
verdadera que se hace de forma manual y siempre tras dilatar al paciente, lo
que denominamos una esquiascopia y sin dicha dilatación en un niño las
mediciones automáticas tienen mucha variabilidad y por tanto inexactitud.
Sumado a todo esto debemos considerar que hay enfermedades que
deben ser diagnosticadas en los primeros momentos de la vida, comenzando desde
la retinopatía de la prematuridad, las cataratas congénitas, los tumores
intraoculares, etc…, que si bien son infrecuentes, por el contrario son
extremadamente graves y la demora en su tratamiento que debe hacerse
inmediatamente que se diagnostican en los primeros meses de vida, puede
conllevar no solo la ineficacia de los resultados, sino incluso en ocasiones un
compromiso vital.
Pero sin dramatismos ni querer asustar ante estos casos por suerte
infrecuentes, pero reiteramos que no inexistentes, lo más claro es que el
diagnóstico de un ojo vago por un defecto de graduación, es decir por necesitar
el empleo de gafas, puede hacerse desde los primeros meses de vida, no digamos
ya cuando sospechamos un estrabismo, solamente con una simple consulta al
oftalmólogo pediátrico y estrabólogo podremos salir de dudas.
Todos los niños debieran ser vistos en el primer año de vida y
siempre tras dilatarles la pupila con las gotitas que se ponen en la consulta
para poder conocer su graduación y la posible necesidad actual o futura de
gafas, así como para poder ver bien el fondo de ojo y excluir patologías tan
importantes como cataratas congénitas, tumores intraoculares o cualquier otra
malformación congénita.
Es importante que se dilate la pupila a los niños, pues esto
permitirá no solo ver bien el fondo de ojo, sino también conocer la graduación
exacta del niño, pues no existe ninguna otra forma que permita dicha precisión.
Además recordemos que existen test adaptados a la edad del niño,
con lo cual desde pocos meses de edad, podemos obtener una respuesta ante test
visuales especiales, consistentes en cartulinas que con distinto contraste nos
permiten conocer si existen diferencias importantes en la visión de los dos
ojos.
A partir de esa primera consulta y dependiendo de la situación del
niño, será nuestro oftalmólogo pediátrico el que nos aconsejará sobre la
necesidad de establecer algún tratamiento para recuperar dicha visión si así
fuese necesario y la periodicidad de los controles visuales durante la infancia
del niño para garantizar un correcto desarrollo de su salud visual.
No olvidemos; Un primero control a lo largo del primer año de vida
aunque no hayamos notado nada que nos alarme y posteriormente según las
indicaciones de nuestro especialista. Por una correcta salud visual y para
prevenir el ojo vago.